Este episodio de "Los Hombres Sí Lloran" se centra en una conversación íntima y sincera sobre la salud mental masculina, un tema rodeado de estigmas y tabúes. Juan Pablo Raba invita a Omar, quien comparte su experiencia personal con cuestiones de salud mental, mientras ambos buscan desmantelar estereotipos en torno a la vulnerabilidad masculina.
Capítulos
Introducción al tema de la salud mental masculina
Juan Pablo Raba introduce el podcast y explica la importancia de discutir la salud mental masculina y los estigmas que la rodean. Comparte su propia experiencia personal de afrontar una crisis de mediana edad y cómo su perspectiva de vida cambió tras el nacimiento de su hija.
La experiencia personal de Omar: salud mental y relaciones familiares
Omar comparte su historia personal, relatando el impacto de su identidad sexual y el suicidio de su mejor amigo. Habla sobre cómo su relación complicada con su padre ha influido en su salud mental, manifestándose en pensamientos suicidas y comportamientos autodestructivos, como el abuso del alcohol.
Superación y búsqueda de apoyo: el papel de la terapia
Omar describe cómo encontró apoyo en su pareja y la importancia de la terapia en su proceso de recuperación. A pesar de enfrentarse a una depresión severa y pensamientos de suicidio, logró encontrar un equilibrio gracias a un tratamiento adecuado y el amor de su pareja.
Identidad y aceptación: salir del clóset como un proceso de liberación
Omar relata su proceso de salir del clóset, las reacciones de su familia y el viaje hacia la autoaceptación. Subraya la importancia de las familias elegidas en la comunidad LGBTI y cómo su activismo busca apoyar a otros que atraviesan situaciones similares.
Herramientas para el bienestar emocional
Se discuten herramientas prácticas que Omar utiliza en su día a día para mantener su bienestar emocional. Estas incluyen escribir mensajes positivos para sí mismo durante los días buenos y técnicas para anclarse en el presente durante los malos.
Conclusión
La conversación concluye con una reflexión sobre la importancia de la vulnerabilidad y la autoexploración para superar las barreras de la salud mental masculina. Omar enfatiza la necesidad de apoyarse en redes de apoyo, incluyendo amigos y comunidades, para enfrentar los desafíos emocionales y vivir de manera honesta y auténtica.
Menciones
Hola, soy Juan Pablo Raba y junto a Celia, plataforma líder en Latinoamérica para el cuidado de la salud mental y el bienestar emocional, te damos la bienvenida a Los Hombres Si Lloran. Este es un espacio seguro dedicado a explorar un tema crucial y a menudo pasado por alto, la salud mental, mientras rompemos con los estigmas y estereotipos que la rodean. Acompáñame en este viaje personal mientras yo navego por una crisis de mediana edad y comparto el impacto que ha tenido en mi bienestar emocional Junto a Celia, cada miércoles traeremos conversaciones sinceras con amigos extraordinarios y entrevistas con expertos que nos ofrecerán consejos prácticos para profundizar en las complejidades de la salud mental y la importancia de levantar la mano y buscar ayuda Los hombres y lloran, donde la vulnerabilidad es nuestra mayor fortaleza Omar Omar, Omar, Omar Omar Los hombres si lloran, donde la vulnerabilidad es nuestra mayor fortaleza. Omar. ¿Omar? Omar. Omar. Omar. ¿Qué te ríes? Me encanta verte en esta posición. Así. Al revés. ¿Cómo te sientes? Exactamente. Es raro, es raro. Cuando uno hace entrevistas y está del otro lado es un poco raro. Vale. Interesante. No me acostumbro. Interesante. Vamos a utilizar esa incomodidad. Va a la aclaración para decir que no es una entrevista, ni mucho menos porque yo no soy periodista ni entrevistador. Esto es una conversación, es una conversación simplemente que pretende desde esta orilla y de forma muy franca y de forma muy segura en este espacio hablar sobre un tema que a mí me concierne mucho que es la salud mental masculina. Y aunque lo he dicho en varios episodios, no quiere decir que tú lo hayas visto, igual te lo quiero contar. Yo empecé a hablar de esto porque a los 42 años reconocí que estaba pasando por una crisis de la mediana edad. Y lo reconocí porque cuando nació mi hija me cambió absolutamente la perspectiva de la vida, el tiempo. y reconocí que estaba pasando por algo o que había algo diferente, el día en el que todas esas angustias y esos posibles futuros distópicos que me estaba imaginando me llevaron a pensar que tal vez si no estaba en este plano, todo iba a ser más fácil. Y aunque no fue para mí claramente un plan de suicidio, ni mucho menos, Y aunque no fue para mí claramente un plan de suicidio, ni mucho menos, porque nunca ni lo pensé ni lo planeé de esa forma, sí había escenarios en mi cabeza en los que sentía que si no estaba todo iba a ser más fácil. No iba a tener ya que angustiarme por la universidad de Josefina, ni por si iba a trabajar, no iba a trabajar. Y en ese momento me preocupé y dije, espérate porque esto ya va para otro lado, porque yo siempre había sido un mistre de alegría. Todo en mí siempre era, todo es lo máximo, todo es perfecto, la vida es lo máximo. Si estás triste es porque quieres, la depresión no existe, lo que te falta es trabajo, vamos, todo se puede, yo elijo ser feliz. Y eso me cambió mucho la perspectiva, no solo de mi propia vida, sino la de todos alrededor. Y cuando empiezo a investigar un poquito y empiezo a preguntar y a compartir esto con los hombres de mi vida y con los hombres alrededor, me encuentro con que todos me estaban pasando por algo muy similar. Y dije, espérate, aquí está pasando algo. Y cuando veo las cifras, cuando empiezo a interesarme por las cifras, resulta que de cada 10 suicidios, 8 son masculinos. Y digo, espérate, espérate porque claramente hay algo aquí de lo que no estamos hablando. Entonces, este espacio surge por eso, y es una necesidad sumamente personal de tratar de entenderme, de entenderte, de entendernos y que simplemente podamos poner sobre la mesa un tema de conversación que pareciera no ser normal o pareciera ser tabú, ser tabú, bien sea por concepciones sociales, por mala información o por falta de información. Y por eso estamos acá, para hablar sobre salud mental masculina. Y yo creo que además es un tema que es muy recurrente, más de lo que uno cree, Juan. O sea, yo específicamente este tema del suicidio, en mi vida, lo he tenido siempre. O sea, ha sido una cosa que me ha acompañado a mí y a mis amigos cercanos. De hecho, mi mejor amigo se suicidó. No sabía. Este tatuaje es en honor a él. Y además con una cosa que también me atravesa es el tema de la identidad sexual, o sea, él era gay y en un mundo digamos difícil, barranquillero, de élite, en donde nunca fue aceptado por su papá y yo lo conocí aquí en Bogotá, cuando él se vino y renunció a todo por seguir su identidad, ¿sabes? ¿Y siempre renunció a todo? ¿A qué? A dinero, su vida. Su legado familiar. Su legado familiar, a tener una empresa de trago, no quiero mencionarla para no borletearlos, pero era, digamos, que tenía una vida casi que asegurada, si uno lo ve en esos términos, y él se vino aquí a vivir su vida y a ser él, pero nunca terminó de encontrar esa tranquilidad porque no tenía ese estadio fundamental que era su familia. De hecho, él entró en un grado muy difícil con las drogas, con el alcohol, que terminan siendo como estos escapes que uno, y que yo también he encontrado. Y en esa búsqueda, en ese tratamiento que él tenía, mezcló medicamentos para lo que estaba tomando para su salud mental con una sobredosis y se indujo el suicidio, él buscó el suicidio. Y para mí siempre quedó como esa frustración de no haber hecho lo suficiente, porque uno siempre se culpa y dice, no estuve ahí para esa persona, no fui tan buen amigo, pero lo que yo he visto es que de alguna manera a veces no hay otra opción y a veces también es valiente decir ya no puedo más con todo lo que implica. Y yo he estado en esos lugares también repetidas veces, joven, cuando no tenía como un panorama muy saludable de mi familia también. Mi papá creo que también ha estado ahí siendo como un lastre en mi vida. De hecho, hace poco acabo de hacer una carta astral y casi que todos los problemas iban a una mala relación con mi papá, una mala relación que ha ido mutando en distintos momentos de mi vida, de chiquito cuando veía como maltrataba psicológicamente a mi mamá, le ponía todos los cachos del mundo posibles, la golpeaba, de hecho de las pocas imágenes que tengo de mi infancia es una así, como mi papá con un palo a punto de golpear a mi mamá y yo metiéndome a decir, como si la tocas te mato. Y de ahí vienen como muchas cosas que yo no supe sanar, que no supe trabajar, que seguramente luego he tenido como la compasión de verlo a él y decir, tampoco nadie le dijo a él en su momento cómo manejar sus emociones, porque los hombres no nos dicen cómo manejar las emociones o no nos han dicho, entonces es como entre más animal seas y entre más desbordes esto, pues seguramente por ahí saldrá en algún lado y yo con el tiempo he aprendido a tenerle compasión. con el tiempo he aprendido a tenerle compasión pero creo que ese momento de mi vida también me hizo pensar como yo no quiero vivir con algo así, sabes no quiero una familia así no quiero que mi vida se parezca a esto que estoy viendo entonces digamos desde chiquito tuve esas ideaciones suicidas de no está chévere si hay que vivir así, si tengo que parecerme a él no quiero ¿desde chiquito cuándo? Desde los 8 o 10 años, siempre, como que decía no quiero una vida así, no quiero hacer parte de un círculo, que esto sea mi vida toda la vida, entonces yo decidí huir, de hecho yo soy de Villavicencio, soy de región, parte de venirme era escapar de eso, era como yo no quiero eso, entonces me vine a los 15 años a lo que fuera, a lo que hubiera, o sea cualquier otra cosa era mejor que mi revolución, pues a los 15 años también está expuesto a muchas cosas, entonces también conocí cosas muy rápido, entonces me drogué rápido, me emborraché rápido, empecé a experimentar todas esas cosas también, tratando de alimentar algo que me hiciera feliz y obviamente aquí encontré la respuesta también a cosas sobre mí, entonces me di cuenta que era homosexual, aunque yo siempre lo supe, pero era como ya aceptarme, mis papás lo supieron hasta muy tarde, porque como no estaban en mi círculo no les contaba ni si hacían parte de mi vida, pero mis amigos sí. Entonces me descubrí muy temprano también viviendo una cantidad de experiencias muy fuertes, pues en un círculo de teatro universitario, donde el sexo estaba a la orden del día, entonces tiré todo lo que pude y como que trataba de encontrar ahí como cosas que me llenaran y me dieran como ese placer, esa felicidad, pero no la encontraba. Y ahí vino como otro proceso de conflicto conmigo porque luego entonces me culpé mucho por ser homosexual y tenía que ver con mi papá, de no quiero decepcionarlo, cómo no voy a ser un hombre como él espera que sea, y vine muchas expectativas, muchas presiones, y también ahí volví a pensar, y no solo pensé, tomé acciones, esa primera vez de decir, creo que no está bien, no le encuentro sentido. ¿Cuántos años tenías? 16 años. O sea, estabas en Bogotá, estabas como encontrándote, buscándote, y en ese momento en el que de alguna forma ya te habías liberado, o estabas en ese proceso, ¿qué te hace volver a tener esos pensamientos? volver a tener esos pensamientos? Nuevamente, las expectativas de cumplirle al hombre que yo más amo o odio en mi vida, mi papá. Sí, era como ser alguien que él quiera o alguien que él se sienta orgulloso además siempre ha sido muy despectivo entonces yo puedo hacer lo que sea y siempre es mínimo, yo me gané el premio Simón Bolívar a mis 20 años que es el premio más importante de periodismo del país y cumplió con muchas cosas sociales muy rápido y siempre me destaco y quiero ser mejor y lo que sea, pero para él es como insuficiente, es como eres mediocre, no eres, o sea, estás acá pero podrías estar acá y esa presión que me puso para mí era imposible de cumplir y obviamente como hombre heterosexual pues nunca lo iba a poder cumplir, o sea, nunca iba a poder tener al nieto que esperaba o de la manera que lo esperaba, la familia tradicional, pues, bajo sus normas de lo que era una familia que funcionara. Entonces como que me empecé a sentir como vacío, y como no le encontraba mucho sentido a nada, y también obviamente uno tiene muchas inseguridades y esa fue una primera vez donde dije yo creo que no puedo con esto y como que lo pensé y tomé acciones y dije ok, voy con todo con esto. Afortunadamente pues no pasó nada esa vez y esos pensamientos los fui trabajando con mi arte, o sea, como con el teatro, tratando de sanar, tratando de buscarme, pero volvieron a aparecer hace poco, ¿sabes? Y esta vez sí fue muy difícil porque estoy en un momento de mi vida donde siento que tengo todo en tranquilidad, donde todo aparentemente está bien, o sea, ya tengo un máster, tengo una universidad, con todo lo que hay que cumplir, ya lo tengo. Me fui a vivir a España, después de haberme casado, yo me casé hace dos años, y empecé a sentir algo peor que lo que había sentido esa vez, y fue desasosiego, porque antes sentía tristeza profunda, como una depresión, como unas ganas de no levantarme, unas ganas de sumergirme en mi hoyo, pero esto era no sentir nada, que para mí es como peor, porque pasaba lo que pasara, yo no me emocionaba, no vibraba con nada, nada me hacía feliz, nada me hacía triste, o sea me podías decir lo que sea ahí y estaba como ahí como pasmado, se sumó a este duelo migratorio de irse a otro país que no es nada fácil, entonces también estar lejos de mis amigos, de la gente que amaba y a una situación ya química de mi cuerpo que es una falta de producción de serotonina. ¿Cómo llegas a eso? Después de darme cuenta que no era simplemente un diagnóstico terapéutico, claro yo estaba primero diagnosticado, yo tengo trastorno límite de la personalidad, mi terapeuta digamos que después de acompañamiento me dijo que hay un tema acá, hay un tema... ¿Qué es? ¿Nos puedes contar qué es? me dijo que hay un tema acá, hay un tema... ¿Qué es? ¿Nos puedes contar qué es? Claro, es que yo todas las emociones las vivo al límite, que si estoy triste busco estar triste, o sea, me siento medio triste, pongo la canción, me hundo, busco imágenes en mi cabeza que me lleven a ese hoyo y me llevo hasta allá, o sea, lo máximo, como una personalidad adictiva, necesito tener esta emoción al 100%, busco el caos, la pelea, el alcohol, todo, o sea, me llevo al 100%, y si estoy feliz es la droga que me lleve hasta la sensación máxima, yo ya estaba como con claridad de que necesitaba buscar los puntos neutros en mi vida porque ya me estaba llevando unos límites muy cabrones. Pero esto particularmente, pues obviamente fue como, hay algo en ti que no está funcionando. Entonces hicimos como unos exámenes, empezamos como a revisarnos, como qué estaba pasando y efectivamente hay algo químico en mi cabeza que no funciona igual. Yo no quería tomar medicamentos porque hay una cosa súper satanizada con el que tomes medicamentos y yo decía no, no, si yo entro en esto, no. Pensé en hongos, pensé en cosas holísticas, otras cosas, pero tampoco tomé acciones, como que simplemente lo dejé pasar y cuando ya lo dejé pasar entré en un estado de inactividad que ya no pude salir de ahí entonces dije ya no quiero más y yo tomé la decisión hablé con mi esposo le dije yo no quiero vivir más yo no me siento cómodo no Yo no me siento cómodo, no quiero ni siquiera intentarlo. Y averigué el tema del suicidio asistido. Que en Colombia hay como unos patrones para los cuales tú puedas tomar esa decisión. Yo cumplo con uno de esos patrones. Y hablé con mi mamá. hablé con mis amigos de una manera muy tranquila, fue cero dramático de quiero hacer show, quiero atención, fue muy tranquilo. Dije, estoy convencido de que ya, no quiero más, no quiero más. Fue caótico porque además el tema de la salud mental es que uno se arrastra a la gente, ¿no? Pues lo que uno suele pensar, no quiero contar porque me voy a llevar conmigo a mi mamá, a mi familia. Y misteriosamente, no sé por qué razón, lejos de haber un juicio de no lo hagas, por favor, o súper satanizado, fue como de ok, vamos un día a la vez, espérate a ver qué podemos hacer. Y fue muy duro porque era levantarse con la sensación de, es demasiado tiempo aquí, ya, ya, ya, o sea, es como cuando te quieres ir de un lugar y no te puedes ir rápidamente, no llega el taxi, no sé, de verdad era como ya, ya no más, o sea, un día más es una tortura. Y yo no sé, no sé cómo explicar cómo pasó que, bueno sí, quizás también sí sé cómo explicar, yo finalmente tomé medicamentos, estaba tomando medicamentos, me cambiaron los medicamentos, intentamos varios medicamentos, cambié tres veces de medicamentos. No sé ni siquiera cómo salí de ahí, no sé cómo poco a poco fui desistiendo de esa idea. Después de estar muy claro con que quería hacerlo, no sé si también es encontrar por fin un man en mi vida que no se parezca a mi papá. Yo creo que eso puede ayudar, su amor, su comprensión y sus ganas de escucharme, su paciencia para entender que estaba enfermo y que era normal y que así como muchas personas tienen otro tipo de enfermedades, la mía estaba acá y estaba trabajándome duro y pasé a otro lugar. O sea, atravesé ese infierno no sin consecuencias en medio de todo esto hay otra cosa que ahora estoy trabajando y es ese refugio que yo encontré fue el alcohol y me volví el borracho más borracho de la vida o sea era como poder olvidar todo, poder prescindir de esos dolores y esos miedos y casi me cuesta la relación también, sabes, o sea, terminé siendo un borracho y como tengo esa personalidad adictiva, entonces era el borracho que se paraba y destruía todo, llamaba la atención, pero también a veces incluso pensaba en agredir a alguien. Entonces era como todo lo que yo detestaba, porque entonces aparecía ese animal salvaje que yo odiaba de chiquito ahora estaba aquí tratando de salir por todos los lados entonces sí me vi en unos lugares horribles de confrontación porque además esa es una versión de uno que uno no quiere ver porque uno cuenta y quiere ver su versión interesante, bonita, el mejor para el mundo el que entrega su mejor versión pero no esta fiera desbocada que estaba haciendo muchas cosas horribles. Es muy costoso el tema de la salud mental, porque no solamente cuesta terapia, sino también tiempo. A veces uno dice, ¿en qué momento? Entonces yo le decía a Sergio, mi chico yo no tengo tiempo para ir a alcohólicos anónimos yo no tengo tiempo para ir a sentarme aquí a a decir qué y explicarle a la gente qué y tampoco le había importancia a eso yo no tengo tiempo para tenía tiempo para todo, menos para eso y fue fue muy fuerte, todos esos episodios además uno tras otro. Pero estoy en un momento de tranquilidad, por eso también dije, bueno, creo que puedo, creo que si estuviera en ese momento, en ese bollo negro, que además puedo volver, seguramente regresará ese miedo, porque no he sanado lo principal, que es un tema de relacionamiento con alguien que no es que no quiera imponer cosas tampoco, pero que tuvo que haber sido un modelo de vida y no lo fue. Entonces sigue ahí como apareciendo, apareciendo de múltiples maneras. Una de las razones por las que quería hablar contigo, además de que nos conocemos, te admiro, te pareces un gran profesional. Es porque cuando empezamos con este proyecto no estaba Celia, que es esta plataforma en la que te hablaba, y de alguna forma nos pareció muy interesante porque le traía como datos, ¿sabes? Datos como lo que te decía antes de 8 de cada 10 suicidios son masculinos, o el 75% de las personas que buscan ayuda son mujeres. También me llamó la atención poderosamente algo, y es que cuando me registré, hice mi registro en la plataforma, dentro como de las... porque la idea siempre es como buscar el terapeuta para ti, porque nosotros los terapeutas son idóneos para cada persona, había un apartado que me llamó la atención, y es que decía, había temas, problemas de pareja, problemas financieros, salir del clóset. Y me llamó poderosamente la atención porque no puedo hablar en primera persona y tampoco puedo ni siquiera tratar de empezar a entender dentro de las realidades de cada uno cómo puede ser esa salida del clóset. Entonces yo te lo quería preguntar a ti y ahora que me cuentas un poco más de tu historia, de tu familia, no me alcanzo ni siquiera a imaginar cómo lo duro, doloroso, difícil que puede haber sido. Es que no quisiera ir a ese punto, pero tengo que ir. Muchas personas creen que las personas homosexuales nos hacemos homosexuales por algún tipo de abuso, no es así, pero yo sí sufrí un abuso por parte de un primo a los 8 años. Y desde ahí también vi una resistencia con el tema de la identidad sexual, porque yo siempre me sentí gay, siempre me vi frente al espejo y me encantaba lo que veía, como jugaba, o sea yo era el niño que jugaba en el espejo con hacer artista, sí, pero también mariqueaba y sacaba la pluma y siempre lo supe, o sea como ahora que lo veo en perspectiva digo, o sea ese niño, o sea, era muy gay, o sea como que no hace cuenta de eso, era como ponerse una venda a los ojos, pero estaba el tema del abuso y eso me hacía pensar en una resistencia, en un no está bien, la manera en que yo inicié mi vida sexual no era la manera en la decisión que yo quería haber tomado, pero desde muy pequeño yo se los hice saber a mis papás. Lo que pasa es que ellos se negaron a verlo ahora que lo piensan. ¿Se hicieron saber qué? ¿Sobre el abuso o sobre tu identidad? Las dos cosas. Yo a los nueve o diez años llegué de una clase de religión y le dije a mis papás que era gay. Así, seco. ¿Qué edad? ¿A qué edad? A los 10 años. ¿10 años? Sí, soy gay. Además muy valiente. O sea, pero, claro, y la respuesta de ellos fue muy, muy paila, porque mi mamá enseguida me dijo como, tranquilo, es una etapa vamos a ir al médico la típica historia, al psiquiatra al cura, no sé qué, entonces mi papá le echaba la culpa claro, el niño es así porque usted lo consiente, entonces su culpa, entonces casi le pega y entonces volvieron las agresiones de las que te hablo entonces se volvió casi un problema en mi casa a tal punto de que mi reacción enseguida fue decir, oigan no es así, o sea, es un ejercicio que me mandaron en la clase de religión para ver el nivel de aceptación que tienen los papás con este tipo de temas. O sea, ya eras dramaturgo además, ya eras dramaturgo. O sea, ya estaba creando, o sea, el pelado voló, pero fue como, sabes, como que no sabía cómo contenerlo y mi reacción fue como, eso. Entonces, como que no sabía cómo contenerlo y mi relación fue como eso. Entonces como que ellos se hicieron los locos, yo creo que se hicieron los locos porque, o sea, esa cosa no creo que pase tan desapercibida. Luego más adelante lo intenté otra vez, pero le dije, mamá, Xiomara, mi amiga del colegio, es lesbiana. Y mi mamá me dijo una frase que a mí me marcó y fue ese tipo de cosas para una madre es mejor no saberlas nunca. Qué doloroso. Entonces para mí fue como una frase tipo, si llegas a empezar a decírmelo, guárdatelo, o sea, no quiero saber. Entonces para mí fue como, no, ok, esto no está bien. Y con lo de mi primo intenté decirlos porque él luego volvió, antes de que yo me viniera a Bogotá, bastante loco este hombre, él era como la oveja negra de mi familia, y volvió a donde yo vivía a pedirme plata. Yo al principio como que le daba como para ayudarlo, pero luego se volvió como súper insistente y casi que demente su pedida de plata, a tal punto que si yo no le daba me cogía la cabeza y me metía al tanque e intentaba ahogarme, o sea un desquiciado. Se quedaba con lo de mi comida, obviamente intentaba otra vez abusar de mí. ¿Eso fue ya acá en Bogotá? No, antes de venirme a Bogotá. Y yo le conté a mis papás, les dije, esto está pasando. Al principio como que no me creyeron y les dije esto es una cosa que pasa casi que todos los días así que vean lo que está pasando y mi abuela y mi tía se quedaron en la casa mientras esto pasaba, él llegó, mi abuela y mi tía comprobaron que era verdad lo que estaba pasando y obviamente esto fue una cosa de mi familia muy muy fuerte, mi papá casi lo busca para matarlo, es una cosa así horrible, entonces casi que todo lo que estaba relacionado con mi identidad sexual era una cosa horrible, o sea no era algo bonito, cosa que sí empecé a vivir en Bogotá, o sea aquí empecé a enamorarme, a darme cuenta que no he estado mal, que no tenía que ser bajo algo forzoso. Y el lugar para descubrirme fue mi grupo de teatro. Ya sabes tú que uno en esos ejercicios le toca escarbarse, entonces buscar adentro y el contacto físico. Y entonces yo dije como que esto es bonito, no tiene que ser el hombre violento detrás de mí. Entonces yo creo que mi primer descubrimiento fue en un viaje a Barranquilla, donde después de una borrachera terminé con un clarinetista desnudos en una habitación de un hotel y todo el grupo de teatro se dio cuenta, me dio bola con el mar y obviamente me tocó decirles como, oigan, creo que sí, me gustan los manes, pues creo que sí. Y con ellos tuve la libertad de salir del clóset, pero con mi familia no fue así, o sea, con mi familia sí fue un poco más abrupto y fue muy grande. De hecho, yo estuve en un de hecho yo estuve en un reality que se llamó protagonistas de nuestra tele 2013 cuando estaba ahí, no estaba fuera del closet con mis papás y imagínate tratar de fingir 24-7 durante 4 meses a más de fingir que te gustaba una chica o sea yo es una cosa horrorosa, una cosa de negarse, de culparse y además uno termina haciendo cosas horrorosas, estando ahí había otra persona que según yo era gay, entonces mi acción fue como de no me miren a mí, mírenlo a él, el gay no soy yo, el gay es él, entonces hace lo que, por eso es muy cierto que detrás de cada persona homofóbica hay dudas, porque yo cometí actos homofóbicos ahí, era como, el maricón es el súper violento, súper violento, y con ese súper violento, súper violento, cosa que hoy me duele profundamente, o sea, yo hoy, mejor dicho, la activista, pues, pero en ese momento no estaba preparado para asumir algo así, estaba muy chiquito, tenía 20 años, pero cuando salí de ahí dije, uy, esto no está bien, no está bien tener que encajar a la fuerza, está bien tener que encajar a la fuerza, pero no encontraba la manera de hacerlo y tampoco sentía la organicidad para... no sentía tampoco como las ganas, porque es que ellos viven en otra ciudad, o sea, era como... no están en mi contacto cercano, pero apareció mi esposo y yo a los dos meses dije este man es es la persona más hermosa que yo he conocido, el ser humano más hermoso que yo he conocido que ni siquiera lo hice por mí sino por él y fue como él no se merece que yo salga y diga a mi amigo, la típica historia de llevar al roommate, o el amigo de su tío, no, o sea, no me veía ahí y en un diciembre, porque yo soy dramático y todo tiene que ser así, un 31 de diciembre, después de ver una película así romántica, rosa, gay, escribí una carta, dramaturgo, y les mandé una carta a los dos, a mi papá y a mi mamá, y les dije, yo no quiero cumplirles con nada, no me interesa, desde el amor profundo, pero lo que pase con sus vecinos, lo que diga la amiga es su problema, no el mío. Yo quiero vivir, vivir, porque yo no he vivido durante todos estos años. O sea, yo he tratado de seguir un guión de lo que debería ser alguien que vive, pero yo esa palabra no la conozco hasta hoy, o sea, yo no he sido libre, yo no me he explorado, yo no he sido honesto y genuino, y ya, me cansé. Mi mamá, mira, vuelve a jugar, es que yo creo que el tema es que los hombres estamos rotos, estamos dañados, estamos vueltos en la... Porque mi mamá me respondió enseguida, con una madurez increíble ya a esa edad, me dijo, yo soy tu mamá y voy a estar para ti siempre. En este momento no entiendo, no lo comprendo, dame tiempo, pero aquí estoy. Fue muy bonito. Mi papá no me respondió nunca. ¿Al día de hoy? Es como un tema que nunca pasó. Nunca pasó. Luego, a las tres semanas, no sé, ya apago el recibo y no sé qué. O sea, sabes, como... No quiero hablar del tema. Porque no se tienen las conversaciones incómodas. Porque no es algo ni siquiera no se tienen las conversaciones incómodas porque no es algo ni siquiera que sepamos verbalizar yo creo que él no tiene las herramientas claramente pero pero no sé o sea un poquito de humanidad de de papá y desde ahí yo entendí que ya no quería esforzarme más con ese tema. Y lo maté. Yo le dije a mi mamá, no quiero volver a saber nada de mi papá. Me voy a encargar en terapia de sanarlo, de perdonarlo, de perdonarme, pero no voy a insistir más. Me siento desgastado, porque intenté de muchas maneras recuperar ese amor papá-hijo, esa amistad, de muchas maneras, o sea, de muchas maneras lo intenté. No fue mi matrimonio. ¿Tu mamá se fue? Mi mamá se fue. Fue muy bonito. ¿Cómo habrá sido entre ellos? De haber sido un momento álgido Fue duro, yo creo que fue duro Además porque él cree que todo lo que yo hago Es una ofrenda Es como, sales y montas una foto con tu chico Dándote un beso en redes sociales Para darme rabia Es para que mis amigos se burlen de mí Sí, como que todo es contra él Y es como, olvídate de ti El mundo no gira alrededor tuyo, yo existo. Entonces, sí ha sido más fácil alejarme y con mi terapeuta negociamos eso, es como, ¿qué necesitas tú para ser un buen hijo? Entonces yo dije, yo creo que necesito saber si está vivo, si le falta algo, si está bien de salud y ya está. Entonces, bueno, preocúpate por saber esas cosas y ya está. Y en eso me creí yo que puedo ser buen hijo, quizás no tengo la relación que esperaría de llamarlo todos los días como si lo hago con mi mamá, o de estar pendiente que no le falte nada, pero me estaba cargando demasiado peso innecesario encima. Yo ahora me quiero preocupar por mi esposo, por alguien que sí me da esa pequeña alegría diaria o esas motivaciones para existir, esas luchas que hoy tengo. Y parte del proceso de salir del closet, enfrentar a la familia, romper esos miedos, reconocerse uno, fue también la necesidad de decir, bueno, ahora quiero que nadie más viva eso. Porque entonces, después de que salí del clóset, a través de las redes son cientos y cientos de casos, Juan, de gente que o vive una vida paralela, porque tienen familias heterosexuales, pero por cumplirle a un montón de gente que no le importa, o frustrados, o con miedo, o inseguros, o de mil maneras, porque así vive mucha gente, o porque no se lo permiten, entonces dije, no, pues yo quiero alzar la voz, y ahí pasé a ese otro estadio que es ahora el lugar en el que estoy, que es el activismo, que es ok, bueno, vamos a hacer que estas cosas cambien o vamos a hacer que por lo menos la gente se haga las preguntas, que creo que es un poco lo que estás intentando hacer con este podcast, que es que a veces o antes no nos hacíamos ni siquiera la paradita de decir uff, ¿por qué estoy sintiendo esto? sino que hágale, siga, siga, siga, no piense. ¿Qué le dices a alguien que te pregunta, supongo que además, bueno, en cualquier estado de su vida, estadio o estado, estoy sintiéndome así? O sea, necesito como salir del clóset y sé que mi papá no lo va a recibir bien o mi mamá, o sea, ¿cuál es tu consejo? que mi papá no lo va a recibir bien o no mal, o sea, ¿cuál es tu consejo? Pues yo creo que lo primero que tiene que hacer uno es validar sus emociones, porque siempre hay una negación impuesta también por la religión, por los contextos, entonces yo creo que cuando aceptas que estás sintiendo lo que estás sintiendo, ya es más fácil ir al siguiente paso. Obviamente hay muchas condiciones que uno tiene que tener en cuenta cuando sale del closet porque digamos que yo pienso que por más valiente que uno sea salir del closet a los 12, 13 años, cuando tus papás te mantienen, cuando son tu círculo cercano de protección, cuando si no tienes una red de apoyo es mucho más complejo. De hecho, dentro de las personas LGBTI decimos familias elegidas. Muchas personas de región tienen que venirse dejando todo y hay espacios en la ciudad donde hay casas donde hay solo personas LGBTI que se apoyan unas a las otras y que se convierten en lo que otros no pudieron darle, una familia. Qué interesante eso. Es muy difícil, pero precisamente requiere un grado de valentía muy fuerte, porque yo no sé si uno de verdad está dispuesto a decir, bueno, no me paguen la universidad, écheme la casa, lo que sea, y asumo las consecuencias, pues requiere mucho, pues como Alberto, requiere muchas, muchas pelotas. Entonces sí es necesario tener en cuenta si es el momento, si de verdad sientes que no puedes cargar con eso porque también existe el derecho al closet. También hay personas que no se sienten preparadas, que no es el momento y que encuentran en otro espacio de su vida, ya como yo, ese instante de decir ya, aquí quiero. Y sobre todo también apoyarse en personas LGBTI, nosotros hemos vivido experiencias similares y siento que escucharnos y que sepan que sí nos pasa, que no somos los únicos, que está bien sentir lo que sentimos, también ayuda a que uno transite más las emociones porque no es nada fácil. te recomiendan ir a terapia? Porque nos ha pasado mucho y es que para mucha gente la terapia también es un tabú, no solamente es que los hombres no lloran, es que la terapia es para locos, como así que estáis en terapia, que quiere decir eso, o sea en que momento entiendes ok, aquí hay que meterle terapia a esto. Yo creo que estando estudiando comunicación si, y. Mi primer intento de ir a una terapia fue con la EPS y no me fue bien, debo decirlo. No me fue bien. Porque además, obviamente, una terapia necesita tiempo, escucha y esto no puede ser tratado como, pues como, como pues como terraria visión citas y para tu casa o sea necesitas una atención realmente importante tengo que decirlo a mí no me fue y luego también confiar en contarle toda tu vida todos tus secretos a alguien un desconocido y también luego que me hice figura pública decía dios o sea tantas intimidades hay puestos ahí no era fácil, pero cuando me casé, me casé no, cuando empecé a hacer con mi chico, él me ayudó a dejar de satanizar, porque yo también un poco lo satanizaba, es importante hacerlo, no tienes el control, no eres todo poderoso, no tienes todas las respuestas, hay alguien que necesita o que está esperando ayudarte y encontré a una persona idónea, una persona que es mi terapeuta Sarita y que además yo siento que la terapia también es como un enamoramiento, o sea, así como te encuentras una persona con la cual sientes todo, hay otras con las que dices pues podrás ser el mejor profesional de la vida, pero a mí no me da la tranquilidad de contarte todas mis vainas. Con ella sí yo lo sentí, entonces, esa mujer sabe toda mi vida. Y también sentí la importancia de manejarlo híbrido, porque a veces yo decía, no quiero ver a nadie, que también a veces cuando estás en esos estados no quieres ni salir de tu casa, entonces también me ha ayudado a manejarlo virtualmente, como encontrar otras herramientas. Entonces ahí con ella yo ya dije, bueno, creo que puedo intentarlo. Y nos ha ido muy bien, la verdad. ¿Cuánto tiempo? Desde pandemia, que además obviamente ya sabes que pandemia también ayudó a que las cosas se pusieran un poquito peor en términos de salud mental totalmente o sea que ha sido tu relación más larga o ya es más con tu chico como a la par es mi cacho o sea es tu trío es mi trío es tu triángulo es mi triángulo sí sí sí me gusta me gusta ¿tienes hermanos? no nada es hijo único. Que además es otro peso, ¿no? Claro, para tu papá es como... De hecho, yo siempre quise tener hermanos como para eso, ¿sabes? Como para la atención para otros. No, sí. Sí, y además ser hijo único también le suma que uno tiene la necesidad de serlo todo. Que está el que es el mejor deportista pero también el más artista el más creativo tienes que hacerlo todo y cumplir con todo entonces y además ahora que los papás empiezan a envejecer también es como acompañarlos en todo ese proceso sin ánimo de hacer de terapia tu papá porque no nos corresponde por supuesto pero de dónde crees que viene que viene más allá del paradigma no de dónde crees que tanta? Más allá del paradigma, ¿no? ¿De dónde crees que viene tanta resistencia? Yo no solo le he hecho terapia, le he hecho carta astral a mi papá. Yo he sido abusivo, súper abusivo, pero es que ya no encuentro qué más hacer. Y su carta astral dice que él viene a aprender a ser papá. Le está yendo muy mal en su aprendizaje. Pero yo creo que en parte son unos patrones muy fuertes, él es llanero, unos patrones de lo que significa ser hombre, cumplir, su rebaño, su papá tampoco es que haya sido un ejemplo a seguir, se dedicaron a hacer plata. Ese era el éxito. Tú eres feliz en la medida en que haces plata. Si tienes con qué asegurarte eso, todo va a estar bien. Entonces nunca, yo nunca vi a mi papá, por ejemplo, una caricia a mi mamá o una palabra bonita. Hablemos de llorar. No debes haber visto nunca a tu papá llorar, ¿o sí? Lo vi llorar una vez. Él se fue inmigrante a Europa, es que tiene una vida también muy fuerte, se fue inmigrante a lavar carros a Rumania para poder pagarme la universidad. Es que ahí está, después te digo que es un amor-odio. ¿Qué? Es un amor-odio. ¿Qué? Es un amor-odio, porque yo sé que ha hecho cosas increíbles. O sea, como que, porque vuelve y juega. Para él, cumplirme es que no me falte nada. Entonces, como yo me voy, aquí no hay muchas oportunidades, se fue allá y mandaba en euros. Entonces, obviamente eso hacía que pudiera pagar la parte del ICETEX con el que yo estudié en la universidad. Él estuvo allá trabajando un tiempo, pero lo deportaron. Lo deportaron y estuvo... Cuando los deportan a veces los tienen como a pan y agua, o sea, realmente llegó muy mal. Y cuando yo fui a recogerlo al aeropuerto yo no lo reconocí, porque parecía un indigente, un habitante de la calle. O sea, yo lo vi y mi papá siempre ha sido grandote, parecía otro ser humano y cuando me vio se puso a llorar. momento donde he visto su vulnerabilidad y como que he visto como... Pero desde ahí, no, pero no, nunca más, no creo tener un recuerdo de mi papá llorando, no se lo permite, porque es el proveedor, es el hombre fuerte, nada lo toca, pero eso no lo exime, o sea, como que todo lo que ha vivido, que sí ha sido muy duro, que sí ha sido muy fuerte, no lo exime de ser tan dañino con otras personas, yo creo que si se atreviera a ir a terapia, yo se lo recomendé varias veces. O sea, es una cosa que para él es pérdida de tiempo, de plata, no lo va a hacer. Y yo creo que si lo hicieran nos hubiéramos ahorrado bastantes cosas. No estuviera uno tan roto y no estuviera uno culpando siempre como esas figuras de hombres que no se pensaron. Es que yo creo que que haya personas como tú, papás como tú, que se paren y piensen que están haciendo bien y mal por ellos mismos, también posibilita que por que tus retoñitos vayan a ser mejores hijos para el mundo y mejores personas? Yo creo que ya con pensarte lo estás haciendo bien. Toca madera. Hay un libro que a mí me gusta mucho que se llama Este dolor no es mío. Y habla sobre el trauma generacional. Y es como científicamente está demostrado que cargamos con traumas de hasta cinco generaciones para atrás, seis, siete pero digamos que científicamente es demostrable hasta la quinta y hay algo que a mí me quedó sonando de ese libro que me pareció impresionante y es que todo, además, todo lo que tiene que ver con trauma y con generaciones es cuántico y pertenece al campo cuántico. Y es que si tú sanas, eres capaz de sanar un trauma, de trabajar un trauma en el presente, lo estás sanando en el pasado y por ende en el futuro. entonces eso que dices por ejemplo de mis hijos o tú el solo hecho de querer mejorar querer de alguna forma apartarte de ese patrón estás resolviendo y puede que le estés resolviendo no solamente a tu papá sino también a tu abuelo, tu bisabuelo o sea no puedo quitarme eso de la cabeza porque de tu papá, sino también a tu abuelo, tu bisabuelo. No puedo quitarme eso de la cabeza. Porque viniendo de una familia también muy compleja, y finalmente después de terapia y de ayuda a entender que todos hacemos lo que podemos con lo que tenemos, nadie nos tiene por qué pedir perdón, así quisiéramos, porque a mí me ha pasado mucho con mi mamá, mi relación complicada siempre ha sido con mi mamá, tal vez llegar a esa aceptación de, hicieron lo que pudieron con lo que tenían, por doloroso que sea, por doloroso que sea, y que si realmente logramos como desde un punto de liberación y como que ok, esto es lo que es y lo acepto tal cual como es y no necesito nada de tu parte, tal vez llegara a eso, pero cuando me cuentes la historia de, no me la esperaba, de tu papá llegando de Rumanía a ese estado. Esa me parte, me parte porque ahí es el momento en el que digo, lo único que me produce mucha compasión es ese ser que es absolutamente incapaz de liberarse de su paradigma y de su pensamiento y lo que él cree que debe ser, y debe ser tan doloroso para él? Yo creo que eso que dices es lo más importante para mí en este momento, y es, yo quisiera sanarme y sanarlo, porque además siento que si creo en esto que te decía de la carta astral, de cuál es su propósito en la vida, que me parece muy fuerte, venir a ser papá, pues no va a ser papá si no tiene un hijo, y también ahí estaba mi misión, lo que pasa es que, como te digo, he venido atravesando unos momentos muy complejos de mi vida, y unos momentos donde dije, no quiero vivir, que si acaso puedo conmigo, entonces encontrarlo a él en ese lugar de vulnerabilidad claramente que es una de las cosas que siempre viene a mi cabeza o que en algún momento si quisiera dar un abrazo y decirle sentémonos, hablemos, perdonémonos, intentemos, pero en este momento, sí quisiera dar un abrazo y decirle sentémonos, hablemos, perdonémonos, intentemos, pero en este momento no me siento capaz. Y es que creo que no es necesario, es que creo que lo bonito de esto es que si tú lo salas en ti, de alguna forma lo salas también en él, ¿sabes? Eso es lo que es bonito de este tema del trauma generacional y la cuántica. Y es que realmente la verdad es que no te corresponde a ti la verdad es que él toma sus decisiones y ha tomado sus decisiones y ha vivido su vida como el ha parecido o con las herramientas que ha tenido pero a ti lo que te corresponde es lo tuyo sí y de hecho en mi terapia y un tema con las expectativas, así como él tiene las expectativas de qué es lo que debería ser su hijo ideal, también yo tengo lo de que ese padre que yo esperaría y que ya tengo que reconciliarme que no va a ser, que no se parece a ningún otro papá, porque claramente uno sí tiene a ese niño ahí adentro todo el tiempo. Yo tengo 32 años y sigo viendo, por ejemplo, a mi esposo. Mi esposo tiene un papá maravilloso, o sea, un papá presente, que lo trata como una porcelanita, que no sabe dónde ponerlo, que además tiene tres hijos, dos de sus hijos son gays. Como si nada, o sea, va a mi casa, un amor profundo. Entonces claramente uno sí se compara y es como, ¿y aquí qué pasó? Y si hay tantas cosas en común, porque además también tiene unas formas de creencias muy parecidas, pero entonces ya tengo que reconciliarme con eso, con no va a ser, hizo lo que pudo, tú sigue y deja esa cosa ahí, pero si es como un martillo que de vez en cuando viene ahí a un taladrito, por qué no, por qué no, por qué no, por qué no? Y de parte yo también, o sea, yo he pensado en ser papá también. ¿Has pensado? En adoptar. Pero en parte no lo hago porque me da mucho miedo hacer, repetir esa historia, uno termina repitiendo patrones, ¿no? Y entonces me da mucho miedo, por intentar no serlo, que alguien viva algo así, ¿sabes? Entonces, uy, es un peso, es un peso muy fuerte porque entonces te frenas, te frenas, no le das amor a otra persona. De hecho, con los manes también me pasaba, ¿sabes? Buscando relaciones. Siempre buscaba un papá, siempre. O sea, buscaba a alguien que me cuidara, me protegiera, o sea, que no me dejara caer, y la terapia con mi chico ha sido, yo no soy tu papá, tu esposo, tú solucionas, ya estás grande, eres independiente, porque uno tiende a eso, o sea, a ese cuidado, pero si yo no hubiera parado de hacer terapia, nada de estas cosas estuvieran claras en mi vida por lo menos ahí tengo como radiografías de de por qué soy como soy, por qué me comporto como me comporto, pero no es algo que la gente en general haga, parar y decir por qué me está pasando esto a mí Para los que no saben seguramente todos los que ya, sobre todo los que ya llegaron hasta este punto de la conversación, es porque te quieren y te admiran, pero tú tienes a una compañera en tu vida permanente que se llama Rebeca, ¿no? Tú creaste a este personaje, creaste a tu Rebeca. ¿Hace cuánto tiempo? ¿Cuándo nació Rebeca? Rebeca nació antes de lo que yo pensé que había nacido. Yo empecé actuando en la universidad, como te decía, y ahí creé un personaje de una obra de teatro que era una travesti. Y me gustó hacerlo, me gustó jugar a eso. Cuando estuve en el reality, creé tres personajes que hacían entrevistas, pero solo sacaron a Diva Rebeca y yo ya aproveché como el boom del reality y dije, bueno, voy a seguir haciendo este personaje. Que me dio mucho miedo porque claramente empecé a recibir comentarios en redes de bueno lo que tú quieres hacer es hacer un tránsito o lo mandaron por otro lado y con la presión de mi papá pues dije no, no quiero esto, pero luego seguí haciendo este personaje que se volvió mi propia terapia también, escuchar historias, a mí me encanta más que hablar escuchar, o sea yo amo escuchar, me voy en un viaje además me resuenan muchas cosas me parecía preguntar si ha sido si es terapéutico para ser yo sé que sí pero creo que me lo cuentes es terapéutico para ti absolutamente y además darme cuenta de los frágiles que somos todos de lo jodidos que estamos porque cuando uno es periodista va detrás de algo cuando te sientas con alguien quiero que me diga la vez que tal cosa y la tienes claro le das vueltas pero es un animal tú vas de cacería eso es un periodista pero con Diva Rebeca yo no voy de cacería pero caso o sea es me siento a escuchar a permitirme estar en el presente con alguien que me está permitiendo entrar a su vida y ha sido la oportunidad de ver la verdad de la gente. la verdad de la gente y mucho más allá de las pendejadas que a veces nos ponemos quienes trabajamos en este medio del figurín, de mostrar la mejor parte de uno o de ser querido o el que les guste, para mí Rebeca es la oportunidad donde la gente realmente intenta ser, intenta. Entonces ha sido un gran descubrimiento y me ha sanado de todas las maneras posibles. Además es un juego, es una oportunidad de recrear a ese Omar de 8 años que mariqueaba en el espejo, pero entonces ahora lo hace y le pagan. Entonces está muy chévere. Rebeca ha sido como también, y también es como este espacio, un lugar donde personas que uno conoce o ha escuchado, lo que sea, se permiten hablar de cosas que los hacen vulnerables. Aquí siempre yo quiero hablar como de una suerte, como de manual, tengo como esa idea de que un día vamos a poder hacer como crisis para dummies. ¿Cuáles son las cosas que, sobre todo en los días malos, porque los días buenos yo creo que es muy fácil seguir adelante, pero en los días malos, en los días complicados, ¿cuáles son esas cositas, esos detalles que tú tienes identificados, que te sirven para no querer tirar la toalla, para querer seguir adelante, para querer seguir con tu vida y también para darte cuenta que tienes mucho por lo que vivir? Pues me está pasando algo muy bonito y es que estoy agarrándome los días buenos para sobrellevar los malos. Cuando estoy muy feliz, muy de buen estado, de ánimo, siento escribirme cosas lindas a mí. Me escribo cosas lindas. Y cuando estoy en el hoyo, leo eso que me escribí. Espectacular. Suena rarísimo. Me parece espectacular. Me funciona un montón. Y técnicas pues hay muchas. a mí me funciona desde empezar con el abecedario, a B, C y con cada letra formar palabras, entonces azul, bueno, casa, diente y empieza a estar. Para tratar de anclarme en el presente y no dejarme... Espectacular. Porque el rumiar, entonces me voy, me voy y como tengo la personalidad que te digo, entonces para mí todos son escenarios fatalistas, iba a ser peor y entonces me voy, me voy. Y como tengo la personalidad que te digo, entonces para mí todos son escenarios fatalistas. Iba a ser peor y entonces me voy a quedar ciego y entonces me voy a perder un pie y entonces me voy a tener que cuidar. O sea, todos mis escenarios son... Catastróficos. Catastróficos. Y obviamente me odia y mi imaginación es horrible. O sea, yo pienso por la gente. Claro. Y está pensando esto de mí, claro, y soy una basura, y entonces, no, mejor me voy, no, pues ya me acuesto, y ya me muero. Si algún día eres padre, no sabes cómo es, o sea, a la enésima potencia, todo lo malo que pueda llegar a pasar. Es horrible, entonces como que sí es como presente, presente, anclarme, me ayudo con esencias también, si pongo unos mantras también, herramientas, o sea tengo un montón de herramientas, afortunadamente vivo con una persona que me entiende, entonces también me da mi espacio, me pone una velita, él no se hunde conmigo pero hace cosas, entonces me pone la velita, el aromita y me deja solo como de, dale transítalo Kaki, estoy esperándote afuera para lo que necesites fortuna y levantó la voz también o sea no me quedo callado antes me lo tragaba todo era como no quiero joder a nadie no quiero que nadie se cargue con conmigo porque yo me sentía una nube negra y me estaba pasando mucho con mi terapeuta que yo les decía yo no quiero ir a ningún lado porque yo soy la nube negra entonces que presta todo el mundo jajajajijiji y yo entonces como que pereza ir a ningún lado porque yo soy la nube negra entonces que presta todo el mundo jajajajijiji y yo entonces como que pereza ir a hacerles mala cara no quiero ir y entonces ya me decía ve con la mala cara pero ve obliga te entonces me ha tocado obligarme un poquito tengo una red de apoyo divina o sea mis amigos son porque no están están ahí tentados a, no sientas eso, vamos tú eres fuerte, tú eres lindo, tú eres espectacular, sino dale, quieres llorar en la esquina mientras aquí estamos, estás con nosotros, pero estás ahí, eso me parece divino, o sea poder tener esa red de apoyo. expectativas y es que no todos los días son buenos, no todo el mundo, no todo, tiene que ser felicidad, alegría. Mi hijo, que es uno de mis grandes maestros, hace un tiempo, tiene 12 años, por ahí tenía 9 años y yo, claro, todo, ¿no? ¿Cómo soy yo? Joaquín, ¿eres feliz? Hay días que sí, hay días que no. ¡Maldita sea! ¿Por qué sabes más que yo? Ellos estarán haciendo ya otro tipo de reflexiones que nosotros, ¿no? Yo creo que eso ayuda. Mi hijo me sale con unas que yo creo... Pues, gracias. Gracias por tu tiempo. Gracias por tu apertura. Gracias por compartir. Yo quedo sumamente agradecido y me emociono siempre en este momento, porque para mí que alguien se quiera sentar, hablar de esto y a compartir, es algo que emociona profundamente. Porque creo que todos transitamos por momentos difíciles y por dolores. poder tener espacios para sacarlos y para tal vez a través de ese dolor o vivencia, lo que sea, hacer la vida más fácil a otros y sobre todo que la gente no se sienta tan sola. Y a mí me emociona porque son lágrimas de agradecimiento. Así que, gracias. perdido en tu camino hacia el bienestar emocional o simplemente quieres trabajar en ti en alcanzar tu mejor versión, tranquilo, no estás solo. Celia te conecta con más de 350 profesionales en salud mental y bienestar emocional que pueden guiarte y apoyarte en cada paso del camino. Además te ofrece recursos gratuitos como meditaciones guiadas, ejercicios de respiración, diarios de emociones y mucho más. Visita celia.com o descárgate la app y encuentra el camino hacia una vida más feliz y conectada.